Tan importante como los proyectos que llevamos a cabo en los países donde trabajamos, es la sensibilización de nuestro entorno hacia las desigualdades Norte-Sur.
No podemos obviar que, con nuestros hábitos de vida y de consumo, formamos parte de la compleja estructura que empuja a los países llamados del tercer mundo a un progresivo empobrecimiento.
Hacemos charlas en las escuelas, participamos en ferias, etc. procuramos aportar nuestro granito de arena en la transformación de las personas del primer mundo para, entre todos, llegar a incidir en cambiar los problemas estructurales que causan estas injustas y terribles desigualdades.